MADRE... SÓLO HAY UNA
Así comienza el coro de la gaita cantada por el Monumental Ricardo Aguirre con los Cardenales del Éxito a mediados de los años 60, y donde se destaca la importancia para el autor de la figura materna…
Pero en el ambiente de mi familia, esta frase
siempre fue motivo de chiste, ya que nos gustaba gastarle esa broma a Mamá
cuando estábamos compartiendo y nos pedía que le diéramos una cerveza...
mirábamos la nevera, poníamos cara de tristeza y declamábamos al mejor estilo
del Chavo del Ocho cuando “juegaba” con la Chilindrina: ¡Madre, sólo hay una!.
Y ya que estamos en el
mes de Mayo, que mejor oportunidad para honrar al ser más hermoso de la
creación, a esa maravillosa persona en la que Dios depositó la mayor parte de
su amor y que ha permitido la continuidad de nuestra raza humana: La Madre.
Por supuesto, debo
comenzar con el ser que me dio la vida: mi Bhillita consentida, mi “Madre sólo
hay una”, o como le digo en broma y con todo mi cariño: mi madre Santa… bueno…
ni tan Santa, pero es mi Madre…jajaja.
Podría definir a mi
Mamá como “auténtica”: siempre ha sido muy ella, muy ocurrente y en algunos
momentos destila “acidez” (heredada de mi abuela); buena parrandera, pero eso
le dio mala fama dentro de mi familia materna: todo sobrino que es bebedor, lo
tildan de que “saliste igualito a tu tía” … jejeje.
Por ser el primer
hijo, fui sobreprotegido por Mamá, como suele pasar en esos casos; sin embargo,
también fui el conejillo de indias: los errores de madre primeriza los “cobré”
yo. Como en la oportunidad en que Mamá, que era peluquera en la época en que yo
estaba bebé, estaba atendiendo a unas señoras en la casa mientras yo dormía…
como los cuartos se comunicaban, el fuerte olor a laca para el cabello se coló
en la habitación donde yo dormía… y terminé en el consultorio del pediatra con
una intoxicación.
Aunque definitivamente
ese fue un descuido, ya que siendo un infante me cuidaba tanto que, por ejemplo,
me daba cualquier tipo de pescado desmenuzado, para evitar que me tragara una
espina; y de niño no me dejaba salir ni a la bodega cercana como comenté en un
articulo anterior. Tanto fue la restricción, que de preadolescente tenía
limitaciones para ir a jugar “caimaneras” de beisbol con mis compañeros del
colegio ya que no me dejaba ir. Hasta que llegó el momento que exploté y me
tuvo que llevar a la consulta de un Psiquiatra amigo de mi tía médico… y éste
hizo un gran récipe cuyas indicaciones decían: Dejar salir SOLO, con sus
amigos, y que esté en casa antes de las 9 pm… Santo remedio…después fue todo lo
contrario, me tenían que castigar porque me la pasaba todo el tiempo en
fiestas…
Como toda Progenitora,
Mamá debía ser capaz de “sacarse la comida de la boca” para dársela a sus
hijos… eso era verdad, al menos que fuera chocolate… jajaja… eso sí que no...
cuando nos repartía ese tipo de dulce, ella se encerraba a comérselos;
nosotros, queriendo jugar a ser “vivos” nos comíamos los nuestros muy rápido e
íbamos donde ella a apelar a su desprendimiento maternal; pero ¡oh cruel
destino!; ella se arropaba desde los pies hasta la cabeza, y sin inmutarse se
comía su dulce, aclarando que ya nos había dado el nuestro.
Mamá también fue la
tabla de salvación para algunos de mis compañeros de Colegio; varios
aprovecharon la cola que nos daba para Barquisimeto cuando había Intercambio
Colegial y ella iba rumbo a Morón a visitar a sus primas queridas; o cuando se
peleó con el cura que fungía como Coordinador en el Colegio, cuando quería
suspender a un grupo de nosotros por no entrar a una clase. Resulta que uno de
los profesores llegó cuando solo faltaban 15 minutos para finalizar sus dos
horas de clase. A mi se me ocurrió apelar a mi lógica: si yo llegaba tarde no
me dejaban entrar a clases, por ende, si el profe llegó tarde, no debería dar
la clase. Total, que alboroté la cosa y junto a un grupo de compañeros
decidimos no entrar al salón. Nos llamaron a la Coordinación para suspendernos
por unos días… yo llamé a Mamá y llegó echando chispas… fue tal el escándalo
que armó, que no nos suspendieron… mis amigos le iban a hacer una estatua por salvarlos
de la reprimenda de sus padres.
Otra cosa que recuerdo con una sonrisa es que, a Mamá, cuando viajaba por cuestiones de negocios a Miami o New York, la confundían con cubana o dominicana. Como es de “pompis” grandes, nos contaba que en una ocasión un cubano en el downtown de Miami se le quedó viendo por detrás, y al enterarse que era venezolana solo atinó a decir (voz a lo Álvarez Guédez): Caballero, cosa más grande tiene Venezuela… jajaja. En otras tantas ocasiones la confundieron con la cantante y presentadora dominicana Charytin, por su expresiva forma de ser;
pero la confusión más cómica ocurrió en un viaje a Puerto Cabello: habíamos ido con unos primos a
un local campestre y Mamá vestía un sombrero y una pañoleta cubriéndole el
cuello; alguien se le acercó y le preguntó si era la cantante de música criolla
Reina Lucero; yo vi una oportunidad (como todo joven en edad de fiesta quería
tomar gratis) y le hice señas a Mamá para que le siguiera la corriente al tipo.
Resulta que era uno de los encargados del local y empezó a “pitchar” parrillas
y tragos; incluso llego a saludar a tan distinguida artista a través de los
altavoces; menos mal que Mamá tenía esa pañoleta ya que fue la perfecta excusa
cuando le pedían que cantara: alegaba que estaba disfónica. Mamá había oído
hablar de Reina pero no la había visto, casi le da un “soponcio” cuando le
mostramos una foto: en esos tiempos Reina estaba “rellenita” por lo que Mamá
nos insultó por llamarla gorda… Jejeje.
Otra cosa curiosa
sucedió cuando me acompaño a buscar residencia en la Isla de Margarita cuando
me fui a estudiar allá. Resulta que aparentemente no había cupo en la
residencia que estaba dentro de las instalaciones de la Fundación La Salle, que
era donde yo quería quedarme ya que así no tenía que estar perdiendo tiempo en
traslados ni gastando en pasajes. Llegamos a la oficina principal y el
administrador se emocionó al verla, y pensando que era ella quien iba a
estudiar, inmediatamente le ofreció cupo en la residencia… cuando Mamá le dijo
que el cupo era para mi, empezó a recular, pero ya era demasiado tarde: cupo obtenido
gracias a los encantos de mi Madre.
De mis abuelas ya he
hecho mención en capítulos anteriores: mi “Dalita” querida y mi “Petrica”
adorada: un par de grandes mujeres que siempre llevo en mi corazón y en mis
oraciones. De mi abuela paterna recuerdo la siguiente anécdota: Mi bisabuela
“Mamina”, la mamá de mi abuelo paterno, llegó a vivir más de 100 años. Yo la
conocí cuando ya no veía y estaba de cuidado por su avanzada edad. A Mamá siempre
le llamó la atención que mi abuela era muy atenta con su suegra (cosa que suele
suceder solo en la fantasía…); y cómo no iba a serlo: abuelo y abuela eran
primos hermanos (ese tipo de unión era frecuente en esa época), así que ella
cuidaba con todo esmero y cariño... a su tía. Así son las cosas.
¿Y mi abuela materna?
También tiene su anécdota graciosa. Resulta que en una ocasión mi Mamá la llamó
por teléfono, y abuela, que estaba algo sorda, la confundió con una de mis tías
y le repetía: “si me vas a enviar dinero me lo das a mi, no se lo den a Bhilla
(mi Mamá) porque ella lo agarra para arreglar la casa” (en esos días Mamá se
encargaba de coordinar la reparación de la casa de mi abuela). Mamá dolida le
reclamó: Estás hablando de mí; a lo que mi abuela le respondió con una frase
que después me enteré de que era bíblica: Lo que está en el corazón, por la
boca sale (aclarado el comentario que hice al principio de la acidez de Mamá
heredada de mi abuela).
Por supuesto que tengo
que nombrar a mi otra madre amada, la ya nombrada en otros artículos: mi
tía-madrina-comadre… la que cuando yo estaba pequeño y la visitábamos en Caracas
donde ella vivía, alarmábamos a los vecinos, ya que pensaban que alguien había
fallecido por los gritos y llantos de nosotros dos al despedirnos. Amor que se
mantiene incólume: sigo siendo su chiquito.
También debo nombrar a
mi tía paterna quien “Esperaba” todos los mediodías cuando yo era pequeño para
acercarse a mi casa desde su trabajo y así ver por un rato a su sobrino mayor…
ella fue otra que hasta el momento de partir de este mundo me trataba como si aún
fuera su niño querido.
La otra madre consentidora fue mi querida suegrita: apenas oía que llegaba a su casa se desbocaba a prepararle el cafecito al “santo” de su yerno… digo santo porque cuando sentía que mi esposa y yo estábamos peleados le recriminaba a ella que debía ser su culpa, ya que yo era un “ángel”.
Yo fui el culpable de los “pelones” en sus rodillas: cada vez que salíamos de viaje, ella rezaba un rosario a diario arrodillada hasta que regresábamos... y yo inventaba viajes a cada rato.. jajaja. Me gusta recordar los momentos alegres como los días de las Madres cuando solía bailar con todas sus nietas, y después no se podía levantar al otro día de los dolores (yo si se bailar lambada, solía decir);
pero también suelo pedirle perdón en mis oraciones por un momento en que le tuve que mentir ante una pregunta muy importante que me hizo: fue en una ocasión que estábamos en la clínica porque ella tuvo una crisis, producto de la enfermedad que padecía, y estando solos en uno de los cubículos me preguntó: mijito ¿yo me voy a morir, verdad?.. y yo, que conocía la triste realidad, tuve que decirle que no. Aún no supero esa mentira, que, aunque la podrían llamar “piadosa”, fue mentira al final de cuentas. Mis respetos para ella ya que fue una gran madre de ocho magníficas mujeres (aunque yo me saqué la lotería porque me quedé con la mejor).
Y dejé para el final a mi Mamacita y la Madre de mis hijos: mi esposita. Como madre se merece toda mi admiración, sobre todo porque tuvo que llevar el peso del hogar dados mis constantes viajes de trabajo, incluso, fue como una madre para sus hermanas menores, de las cuales se encargó una vez que entraron al bachillerato. Siempre ha desempeñado el papel de Mamá de forma sobresaliente, en todo momento pendiente de todo.
Cuando
las morochas eran bebés, recuerdo que no salíamos de casa sin una bolsita con
verduras para prepararles su sopa diaria. En esa época parrandeábamos mucho,
pero primero atendía a las peques y después venía lo demás.
Las morochas tomaron pecho casi hasta los dos años… se podrán imaginar como era dar lactancia a un par de bolitas de carne que además succionaban como si alguien les fuera a quitar “sus senos” (Mi esposa tenía que acostarse en una hamaca para poder amamantarlas sin que se le “quebrara” la espalda del peso de las dos).
Pero lo
cumbre ocurrió después de un Amanecer de Feria al que fuimos con mis padres;
llegamos casi de mañana con más “palos que una caja de fósforos” … mi esposa
llegó directo a dormir sin percatarse de que las morochas reclamaban “lo suyo”
... acto seguido, mi suegra y mis cuñadas procedieron a quitarle el suéter y
colocarle una morocha en cada seno... y allí ellas se estuvieron amamantando
hasta quedarse dormidas... nunca supe si a las morochas las venció el sueño o
el “cóctel lácteo” que se tomaron… lo cierto es que mi suegra decía: "esas muchachitas van a salir alcohólicas"; pero eso nunca les afectó... toman de forma muy social, o sea de vez en cuando y de cuando en vez.
Una de las demostraciones de que una madre puede amar hasta la locura la presencié en la nefasta época de las protestas del 2014. Una de las “guarimbas” más grande de Maracaibo estuvo situada en la entrada de la urbanización donde vivíamos en ese tiempo. Las morochas, como muchos jóvenes, decidieron que ese era el momento para expresar su inconformidad con la situación política del país, y participaron activamente en toda la logística de la guarimba.
Fueron para nosotros muchos momentos de
angustia cuando escuchábamos cohetes, gritos y disparos, sobre todos cuando se
acercaban los colectivos oficialistas o los cuerpos de seguridad del estado. Un
día, durante las primeras horas de la tarde, alguien nos avisó que habían herido
a algunos jóvenes en una escaramuza, por lo que mi esposa, hecha un manojo de
nervios, me pidió que fuera investigar lo que pasó; afortunadamente fue una
falsa alarma. Pero ya ella había quedado sensible, y en la noche, escuchamos
otro episodio de alarma y alguien de nuestra calle comentó que al parecer habían
herido a una de las morochas… acto seguido, mi esposa entró en un estado de
shock producto de la impresión, prácticamente estaba “catatónica”; tuvimos que
ir rápidamente a la emergencia de una clínica cercana donde la tuvieron en
observación hasta que se recuperó de ese susto. Momentos difíciles que
preferimos no recordar.
Para finalizar quería traer el recuerdo de muchas medianoches previas al día de la Madre, cuando nos íbamos mi esposa y yo, junto a un grupo de familiares, a dar serenatas a nuestras madres... siempre lo hacíamos con una canción poco conocida llamada "Como caricia de un niño", pero muy bonita que comparto con ustedes y con sus madres.
Y si ya tu mamá partió al encuentro con el Señor,
transcribo el final de la estrofa de la tamborera de Guaco titulada Madre: “Y
si tu la perdiste, lo siento, tan sólo te pido, que la recuerdes con amor; porque
Madre tan sólo una hay en la vida…”
Felicidades Madres.
Ruben G. Gil Medina
Franklin
13 de Mayo de 2023
Hermoso Tito solté unas lagrimitas
ResponderEliminarMaravilloso y emotivo gracias en nombre de todas las madres de la familia
EliminarBien bella tu historia dios te bendiga siempre
ResponderEliminarQue bello Tito...para escribir un libro💛💙♥️
ResponderEliminarComo diría Jackson Peña LO MAXIMO.
EliminarApoyo la idea de Iris.
!Que forma de hacerto:
Me reí, lloré...
Gracias
Hermosos recuerdos Tito Rubén, inolvidables. Excelente!!, cómo siempre🤗
ResponderEliminarCoñooooo, que recuerdos con tus amores femeninas y mi madre y hermana,y acordándome del episodio del susto que pasamos con Yvonne
ResponderEliminarMuy bonito, felicidades
ResponderEliminarCómo siempre tan sensible y espectacular!!! Una belleza.Me encantó....Un abrazo 🤗
ResponderEliminarOrgullosa de lo que escribes mi amor… pero esta vez, no paré de llorar🥲al recordar los duros momentos que nos tocó vivir y más, ubicándome en la última parte, en la ausencia física de una Madre🥺, jamás dejará de doler aunque se recuerde bonito… TE AMO MAMI ♾️❤️🩹
ResponderEliminarFELICIDADES A TODAS LAS MADRES QUE LEEN ESTE ARTÍCULO🌹
🥰😍
ResponderEliminarBello Tintin
ResponderEliminarQue puedo decir aquí estoy como buena Gil.. 😭 realmente madre solo hay una.. aunque soy tan afortunada que Dios me dió la dicha de tener dos. Ahora están al ladito de Dios y yo cada día extrañando las más. Gracias titico estos momentos de recuerdos son maravillosos te amo
ResponderEliminarQue beelloo!! Gracias!!☺️ Besos al cielo para las que están allá y abrazos y bendiciones para las que siguen aquí 😘🙏🏼
ResponderEliminarComo siempre encantada.. como mami casi llorando pero aun con los momentos dificiles, hermosos recuerdos! Te luciste pa! Te amoo💖✨ FELIZ DIA A TODAS LAS MAMIS
ResponderEliminarBellisimo todo, falte yo...tu primer sobrino y tu primera sobrina nieta jajaja
ResponderEliminarTe amo mucho por qué me hiciste mamá mi negro bello y querido a Ruby por ser mi niña y a René por ser mi bebé gracias todo muy bello besos y bendiciones
ResponderEliminarQuerido Ruben …….. con solo seguir tu lectura corroboro q sigues siendo un hombre bello y bueno ; un caballero q sabe amar y respetar a sus mujeres 💖💖💖💖💖 Agradecida de poder contar con tu amistad y tu Cariño 😘😘😘😘😘😘😘😘
ResponderEliminarRuben Gil ye la comistes!!! Simplemente hermoso, que bendicion el poder expresar en cada palabra lo hermoso de ser madre!! Gracias amigo
ResponderEliminarHermosas anécdotas hermano saludos 🤗
ResponderEliminarTito muy atrasada pero siempre recuperando lo perdido.Felicitaciones entretienes mucho y nos llevas a esos tiempos.Maritza Vargas
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