YO LA HUBIERA LAVAO´… O “GOODBYE TO SANDRA DEE”
Apenas terminaba de
publicar el capítulo 11 de este blog, cuando estuve tentado a escribir
nuevamente, a raíz de una penosa noticia que estremeció a principios de agosto
al mundo del espectáculo, pero sobre todo a los adultos contemporáneos que
fuimos fanáticos de la película “Grease”: el fallecimiento de su protagonista, la
actriz y cantante inglesa Olivia Newton-John. Y no solo experimenté la
necesidad de escribir por la partida de “Sandy”, sino porque la “vena
escritora” me pide ser transfundida cada 15 días, pero me he dado cuenta de que
la mayoría de mis lectores van un poco más lento que yo y mis escritos… a pesar
de que los “sabaneo” a través de las redes, más de uno ha leído apenas uno que
otro artículo; así que decidí darles tiempo para digerir estas escrituras.
Recordando la fiebre que me generó durante mi adolescencia el fenómeno “Grease” (Vaselina), abordaré en este artículo, mis remembranzas ligadas al cine, refiriéndome tanto a las películas, como a las salas de cine. Cómo comenté en uno de los artículos anteriores, de mi infancia en el Campo Shell recuerdo claramente las veladas en la pizzería Nápoles, la cual estaba situada en la entrada principal del Campo y donde proyectaban filmes familiares mientras la gente cenaba. Era la época de muchos clásicos de Disney o frescas películas mexicanas como: El Profesor Voligoma, Mary Poppins, Cupido Motorizado, El Bello Durmiente con el Gran Tintán, entre otros.
También las familias solían asistir a los Clubes del Campo
donde en determinados días de la semana, proyectaban películas, de acuerdo con
lo que se conocía como el tipo de censura: “A” para todas las edades. “B” para
mayores de 14 años, “C” para mayores de 18 años y “D” para mayores de 21 años.
De la “censura” oí hablar por primera vez, a principios de los 70, por el gran
escándalo que significó en todo el mundo, la proyección del filme “Un Tango en
París” con Marlon Brando, María Schneider y Jean-Pierre Léaud, debido a su
fuerte contenido de violencia sexual.
Al mudarnos a
Maracaibo tuvimos la posibilidad de acceder a las salas de cine comerciales, las
cuales abundaban en la ciudad. También existía una pizzería como la de
Paraguaná, que proyectaba películas mientras los asistentes comían: el jardín
Guacamayo, un ícono de la ciudad. De igual manera se proyectaban películas en
los clubes privados… y recordé un episodio muy particular que me sucedió cuando
tenía como 9 o 10 años. En esa época éramos miembros del Círculo Militar de
Maracaibo y en una oportunidad mis padres me llevaron con ellos al Cine en el
Club… parece que no miraron la cartelera previamente y cuando llegamos, se
percataron que iban a proyectar el filme “Mandingo”, una película “sólo para adultos”
(trata de un esclavo de la Tribu Mandingo que es llevado a un asentamiento de
esclavos en Luisana); pero como yo siempre fui seriecito y maduro para mi edad,
me dejaron sentarme en la sala donde proyectaban la película (Por ser un club
privado, no había quien controlara la edad de los asistentes)… y comenzó la
película… creo que no habían pasado 5 minutos cuando el patrón se abalanzó
sobre una de las esclavas para violarla y solo sentí la mano de mi Mamá
moviéndome la cara para que no viera, seguido del pedido que los esperara abajo
(la sala estaba ubicada en un segundo piso)… y saben que… no hay nada más
“pelabola” (muy aburrido) en el mundo que ver una piscina llenarse; bueno, eso
fue lo que me tocó hacer durante las dos horas que duró la película.
De las primeras
películas que vi en Maracaibo, recuerdo mucho “101 Dálmatas”, porque en la sala
de cine tenían una jaula con un cachorro dálmata, el cual rifaron entre los
asistentes. Imposible también olvidar el estreno de “Robin Hood”, la película
de dibujos animados de Disney donde los protagonistas de la historia eran todos
animales, y que comenzaba con un cortometraje mostrando el Parque Magic Kingdom
de Walt Disney World, ubicado en Orlando, Florida. Meses antes había viajado
por primera vez a Estados Unidos y aun añoraba los cortos pero intensos
momentos vividos en el parque… para el que es fanático de Disney y sus parques,
nunca serán suficientes las visitas que hagas…siempre te queda la sensación de
querer volver pronto.
Desde el momento en que
entré en la preadolescencia, siempre aparenté más edad de la que tenía; aunque
no para algunos porteros de cine, como el que me prohibió la entrada al estreno
de Tiburón (Jaws) en 1975… bueno, tenía razón, la película era categoría B y
yo, aunque ya me estaba estirando, apenas tenía 10 años de edad. Pero cuando
entré en plena adolescencia la cosa cambió; mi gran afro me hacía ver como una
persona de mucha más edad, por lo que no tuve mayor problema en entrar en
películas categorías B y C. Existía en
Maracaibo, en el casco central de la ciudad, cines de función continuada, es
decir, desde las 10 de la mañana proyectaban la misma película una y otra vez,
y solo se pagaba una entrada, es decir, podías pasar todo el día viendo la
película; el único detalle era que las opciones que proyectaban no eran
precisamente de calidad. Las que más iba a ver con algunos amigos eran las
comedias del Gordo Porcel, por aquello que siempre presentaba “bombas sexys” y
nosotros estábamos con las hormonas a su máximo nivel. También existía un cine
de puras películas eróticas y pornográficas, pero era para mayores de 21 años,
y no nos hacía mucha gracia estar encerrados con un grupo de individuos,
adictos a ese tipo de filmes (aunque, igual satisfacíamos nuestra curiosidad en
el tema con revistas y videos de Betamax, eran más fáciles de conseguir y menos
problemático… jejeje… cosas de muchachos). También existían cines que solo
proyectaban películas de Artes Marciales, entre nosotros bromeábamos que de esa
forma era que los malandros aprendían a pelear, sin necesidad de asistir a un
Dojo.
Una de las cosas más
agradables de ir al cine, era el ritual que tenia con mis dos mejores amigos de
esa época…antes de ir al cine, solíamos llegar a una pizzería que quedaba en
las cercanías de éste y siempre, léase, siempre, ordenábamos lo mismo, una
ensalada mixta con aguacate para tres, y pizzas de jamón para cada uno. Luego
del cine íbamos a la heladería que quedaba en el mismo mini centro comercial y
engullíamos cada uno un suculento e inmenso Banana Split…buena época, y como diría el comediante George Harris: comíamos
de todo y estábamos “secos” (es decir delgados, flacos).
En esa época era prácticamente un miembro de “Kiss Army”; era tan fanático del grupo Kiss que no sólo escuchaba todos sus discos; tenia el cuarto tapizado de afiches del grupo, tenía “sopotocientas” franelas estampadas con imágenes del grupo, y me desvivía por ver los videos de sus conciertos. Llegué hasta el extremo de salir a la calle a pasear con la cara pintada como mi personaje favorito, “El Gato”, es decir, el baterista del grupo, Peter Criss. Aunque me sentí uno más del montón cuando asistí al estreno de la película “Kiss conoce al fantasma del parque” … había en el cine, cientos de jóvenes pintados y disfrazados como los integrantes del grupo.
De esa sala de cine, la cual quedaba cerca de mi casa,
tengo una anécdota muy graciosa. Como el cine quedaba retirado de avenidas
principales, tenía muy poca afluencia de público, prácticamente asistían las
personas que habitaban en las urbanizaciones vecinas. Estaba yo con un gran
amigo, cuyo apodo tiene que ver con esos sueños feos durante la noche, y nos
sentamos de los más tranquilos a esperar que comenzara la función (tengo
problemas con la memoria pero creo que fue “Toro Salvaje” con Robert De Niro,
jejeje) en una sala casi vacía; en eso, se le antojó a un “gordote” sentarse
justo el frente de mi amigo… ví de reojo que él se inclinaba hacia adelante
para decirle algo; imaginé que le iba a pedir que por favor se sentará en otro
sitio, que allí le entorpecería la vista de la pantalla y había TODO el espacio
del mundo en la sala…. pero solo oí cuando le dijo con voz casi enmudecida y
entrecortada: Señor, señor… ¿se puede levantar un momento para sacar mis
pies?... resulta que tenía los pies
descansando en el asiento delantero, y prácticamente le quedaron con un ángulo
de 90 grados…jajajaja… (Escribiendo esta
parte tuve que detenerme un rato por el ataque de risa que me dio pensando en
ese momento).
Cuando se pusieron nuevamente
de moda las películas en tercera dimensión (3D), por allá por la década de los
ochenta, se me presentó un gran dilema; ya usaba lentes y no me los podía
quitar para ponerme los de 3D porque si no, no podía ver bien, así que me
tocaba hacer maromas para ponerme esos lentes sobre los míos. Recuerdo también una
película muy aburrida, no recuerdo si fue Duna o Galáctica, sólo sé que, para
no dormirnos, los amigos con los que andaba y yo, hicimos una pelota de futbol
con los vasos y los envases de cotufas (pop corn) y nos pusimos a jugar futbol
en el pasillo de la sala de cine…. hasta que llegaron los empleados del cine y
nos sacaron, con la consecuente rechifla del poco público asistente, quienes
nos apoyaban porque estaban tan aburridos como nosotros.
Durante mi época de
estudio en Margarita tuve la oportunidad de asistir por primera vez a un
Autocine, ya que en Maracaibo, el que había, cerró sus puertas a finales de los
años 70. También tuve la fortuna de tener a un gran pana y compañero de
estudios, quien por un tiempo trabajó en la cadena de cines más grande de la
isla… y varios compañeros de estudios aprovechamos para ver muchas películas
“costo 0” (ideal para estudiantes que estábamos cortos de dinero), sobre todo,
aprovechamos el auge del cine venezolano en los años 80. Nos deleitamos con
películas como “Homicidio Culposo”, “De mujer a mujer” y la que, para mí, es la
mejor película venezolana de todos los tiempos: “Macho y Hembra”, y su tema
musical principal: “Es verdad” de Ilan Chester…una sublime canción, para una gran
película.
Cuando estuve haciendo
mis pasantías profesionales en Puerto Ordaz, a principios del año 85, recuerdo
que asistí a ver la película “Amadeus” basada en la vida del genio de la música
Wolfang Amadeus Mozart; durante ese tiempo se puso de moda la canción de Falco
“Rock me Amadeus”, inspirada en la película. Pues bien, resulta que en la sala
de cine había una cantidad de jóvenes quienes pensaron que la película iba a
ser un concierto de las canciones de Falco, porque a la gente del cine se le
ocurrió la brillante idea de colocar antes de iniciar la película, la
mencionada canción a todo volumen. Era impresionante ver a casi todos los
asistentes bailando en los pasillos del cine como si estuvieran en una gran
fiesta “Rave” … pero, eso fue “alegría de tísico”; cuando la película empezó a
desarrollarse con su trama en gran parte histórica, generó gran impaciencia
entre el público y mucha molestia porque se consideraron estafados… total, no
terminé de ver la película por los disturbios que se generaron dentro del cine.
Mi historia de terror
en un cine ocurrió dentro de una sala de cine que se encontraba en la parte
baja de un edificio en Maracaibo, que tuvo que ser desalojado casi por completo
por problemas estructurales, por lo que ver un filme en ese cine venía con un
complemento adicional de adrenalina que nada tenía que ver con la película que
se proyectara… existía siempre la posibilidad que el edificio cediera y cayera
encima de los asistentes al cine. En una
oportunidad estaba allí con mi hermana y unas vecinas, y sentimos un fuerte
estruendo… todo el mundo corrió hacia la parte baja del cine donde estaba la pantalla;
yo agarre por el brazo a mi hermana y pegamos la carrera del siglo; pero
después de un rato alguien comentó que eran truenos, que estaba lloviendo a
cántaros y regresamos a nuestros asientos para terminar de ver la película.
Cuando salimos del cine nos percatamos que había una “pepa de sol”, que nunca
llovió, y que lo que sentimos fue la estructura del edificio “moviéndose” … vale
decir que fue la última vez que pisé ese cine. Por cierto, en el Penthouse de
ese edificio, quedaba un popular centro nocturno, donde dió sus primeros pasos
musicales, un desconocido Héctor Reglero, a quien después el mundo reconocería
como el talentoso Ricardo Montaner.
Por supuesto para el
final reservé la “mamá” de las historias de cines: fue precisamente cuando
asistimos a la premier de la película “Grease” mencionada el principio. El
titulo del articulo tiene que ver con una de las canciones principales de la película:
“You´re the one that i want” interpretada por John Travolta y la recientemente
fallecida Olivia Newton-John. En la trama de la película, una “modosita” e
inocente chica australiana, Sandy, se enamora de el rebelde Danny, durante unas
vacaciones, para luego, por cosas del destino, coincidir en la misma Escuela
Secundaria… esa canción, al igual que “Goodbye to Sandra Dee” aparecen en los
momentos culminantes de la película cuando Sandy decide volverse “rebelde” para
continuar en una relación con Danny…y este se vuelve “recatado”, para parecerse
a ella. El coro de la canción, en nuestro “mal inglés” de la época, sonaba a:
“Yo la hubiera lavao´”, por lo que así quedo bautizada la canción para
muchos. Pero, volviendo a la historia
que quería relatarles, resulta que estuvimos haciendo la fila durante dos horas
antes de la película, y justo cuando estábamos a punto de adquirir las
entradas, éstas se agotaron; estábamos mis hermanos, mi Mamá, la muchacha que
ayudaba en la casa con los quehaceres y yo. Después de todo ese tiempo
decidimos que no nos moveríamos (estábamos a escasos 3 metros de la taquilla) y
que esperaríamos para entrar la próxima función. Fueron algo más de dos horas
interminables (sumadas a las dos horas previas, representaban 4 horas de larga
espera), pero logramos adquirir las entradas y pasamos al cine. Para acceder a
la sala había que subir a un piso superior(la entrada era por arriba, y como los cines son inclinados, la salida
estaba en la parte baja, cerca de la pantalla); como fuimos de los primeros en
entrar estábamos prácticamente pegados a las puertas… cada vez entraban más
personas y el personal no abría las puertas, por lo que la multitud se estaba
agolpando y ya estábamos prácticamente hacinados en tan pequeño espacio… de repente, las puertas
se abrieron, y por la presión de la gente yo salí disparado, y como el pasillo
era “en bajada” casi llego a la pantalla… inmediatamente busqué un buen puesto,
ya que no supe de los demás; me dije a mi mismo: “ nos reencontramos” en la
salida (ya habíamos acordado previamente un punto de encuentro)… y mientras
pasaban los trailers oía a la gente a mi alrededor comentando acerca de la
señora que se había caído durante a “estampida” y que le habían pasado algunas personas
por encima… y yo me reía pensando: que señora tan “papota” (torpe, lerda), se
debió haber quedado en su casa… pero otra vez, ¡oh cruel destino!, cuando
terminó la película y nos encontramos afuera, supe que la señora que se había
caído era mi Mamá… estaba toda magullada… desde ese día, cada vez que recuerdo
el episodio, por supuesto me río, e inmediatamente le pido perdón a Dios por
burlarme sin querer de mi Madre… aunque
estoy seguro, que, de haber sucedido al revés, todavía ella se estuviera riendo
de mi… De tal Madre, tal hijo…
Ruben G. Gil Medina
Franklin
02 de septiembre de
2022
Shark around me hiciste regresar en minutos a mi adolescencia. Muy buena descripción de los momentos felices y especiales q vivimos !!! Graciassss
ResponderEliminarExcelente mi querido primo...DTB. Un abrazo. Bilma
ResponderEliminarQue buenos recuerdos me vinieron a la mente, excelente Tito
ResponderEliminarAjajajajajajaj y perdió las llaves del carro, y como aun era una época sana alguien salió a preguntar que de quien eran ... inolvidables momentos...yo vi en estrenos en wl cine V C el Sargento Pimienta
ResponderEliminarMe habéis hecho reír de más , excelentes anécdotas, la de villa estuvo buenísima, de hecho todas , te estás desarrollando como escritor, jejeje
ResponderEliminarBendiciones mi niño grande y querido el anónimo ni tanto por qué no mencionaste nombre y puso villa
ResponderEliminarMe encanto pero lo de bhillita me hizo reír que tengas muchos éxitos aura
ResponderEliminarQue maravillosa descripción , me ha encantado y me hiciste regresar a mis años de adolescencia en donde no paraba de bailar ……. Me encanta esa callada manera q tienes de hacernos sonreír …… 💖😘
ResponderEliminarExcelente. Buenos recuerdos
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